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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SINALOA
Nueva tecnología solar para producir hidrógeno y almacenar energía podría revolucionar los vehículos de hidrógeno

Un avance equiparable al que supuso la combinación de un teléfono, un navegador y una cámara para el mundo de la telefonía pero, en este caso, trasladado a la producción y el almacenamiento de energía limpia. Este es el alcance que la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) ve a un dispositivo que acaba de idear y que, uniendo a los supercondensadores el proceso de división de agua que se conoce como electrólisis, permite generar electricidad y combustible limpio, y hacerlo además a un coste que podría abrir la puerta a los coches de hidrógeno asequibles.
“Los vehículos de hidrógeno para las masas, un paso más cerca de convertirse en realidad gracias a un invento de la UCLA”, titula la mencionada universidad un comunicado oficial en el que explica los resultados de este dispositivo dos en uno que, a partir de la energía solar, puede aportar y almacenar energía para su uso en equipos electrónicos, así como generar hidrógeno para vehículos que se alimenten de este combustible.

Con esto, el hidrógeno obtenido sería limpio, algo que hoy por hoy no puede decirse del 95% de la producción mundial, que es causante además de importantes emisiones contaminantes fruto de los procesos de conversión de combustibles fósiles que son todavía necesarios para generar el hidrógeno.
Pero, además de más limpio, el hidrógeno que se podría obtener con este dispositivo sería también significativamente más barato. No ha trascendido cuánto, pero el máximo responsable de esta investigación, el profesor de química y bioquímica Richard Kaner, asegura que su sistema “podría reducir drásticamente el coste de los automóviles de hidrógeno”. ¿Por qué? Pues porque este avance elimina la necesidad de acudir al platino y a otros metales de elevado coste. Frente a estos materiales, que se usan habitualmente para producir hidrógeno, este equipo opta por níquel, hierro y cobalto; elementos “mucho más abundantes y menos costosos”.
Para avanzar en este sentido y dar forma a un dispositivo que puede aportar a los usuarios tanto electricidad para sus dispositivos, como combustible para sus vehículos, el secreto radica en un tercer electrodo que este equipo ha añadido al positivo y al negativo de las pilas de combustible de hidrógeno y de los supercondensadores.
Este electrodo extra diseñado a escala nano es mil veces más fino que un cabello y actúa como supercondensador para el almacenamiento de energía. Al mismo tiempo, permite dividir el agua en hidrógeno y oxígeno. Así, este electrodo, junto a los dos clásicos, se conectarían en una única célula solar que alimentaría el dispositivo, que podría almacenar la energía en hidrógeno o electroquímicamente, en el supercondensador.
Aunque el aparato diseñado con esta fórmula tiene un tamaño tan reducido como para caber en la palma de una mano, el equipo investigador abre la vía a versiones más grandes y avanza ya el enorme impacto que puede tener su innovación para los vehículos de hidrógeno pero, también, para áreas rurales, zonas remotas, grandes ciudades que necesitan almacenar sus excedentes de electricidad o, incluso, más allá. “La nueva tecnología podría conducir hacia aplicaciones novedosas que aún no han sido ni consideradas por los investigadores”, aseguran los autores de este avance.